María Mercedes Vaquera anuncia 1.725.000 euros en ayudas para hacer contratos posdoctorales a investigadores

La consejera de Educación, Ciencia y Formación Profesional, María Mercedes Vaquera, ha anunciado una partida de 1.725.000 euros en ayudas posdoctorales para hacer contratos a investigadores en el Sistema Extremeño de Ciencia, Tecnología e Innovación. Estas ayudas, que están financiadas con el Programa FSE+ Extremadura 2021-2027 (Fondo Social Europeo), beneficiarán a 13 investigadores que estarán contratados hasta 2027. Este decreto, que pasará próximamente por Consejo de Gobierno, busca retener y atraer talento a Extremadura a través de unas ayudas que no se convocaban desde 2017. María Mercedes Vaquera ha anunciado que a partir de 2025 se ofertarán nuevos contratos de esta modalidad para más investigadores. La consejera ha hecho este anuncio durante la presentación del proyecto transfronterizo Interreg Poctep TID4AGRO 'Tecnologías avanzadas, innovadoras y digitales para el sector agroalimentario de la EUROACE', que ha tenido lugar este miércoles en el Instituto de Investigación Agraria y Veterinaria (INIAV) de Elvas ante un centenar de investigadores y representantes de cooperativas agroalimentarias extremeñas y lusas. Este proyecto, que coordina CICYTEX, tiene un presupuesto de 3.877.177 euros y cuenta con 12 socios, entre los que está la Universidad de Extremadura, FUNDECYT-PCTEX, CTAEX, Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, Universidad de Évora, Universidad de Aveiro, INIAV, Instituto Pedro Nunes o Smart Farm Colab. En estos momentos, la Junta de Extremadura participa, a través de CICYTEX, en cinco proyectos transfronterizos, que tienen una dotación económica total de más de 14 millones de euros. Se trata de proyectos innovadores relacionados con el sector agrícola, el ganadero o la agroindustria, como la implantación del cultivo del cáñamo en la comarca de La Vera, estrategias de mejora de pastos para adaptación de la dehesa al cambio climático, buenas prácticas para incentivar la prestación de servicios en la dehesa o la monitorización de señales de alarma que puedan derivar en riesgo real de incendios, como la humedad, la temperatura o el viento.